Materiales cerámicos, ejemplo de eficiencia energética y sostenibilidad

Este viernes se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una eventualidad que surgió en Austria en 1998, durante la Primera Conferencia Internacional de la Eficiencia Energética, y que pone en valor la necesidad de reducir el consumo energético en todo el mundo, haciendo un uso razonable y sostenible de la energía.

La construcción sostenible es aquella que emplea técnicas, tecnologías y materiales constructivos que no dañan el planeta y es una práctica totalmente recomendable, tanto desde un punto de vista económico como energético y, por supuesto, medioambiental. Apostar por materiales cerámicos para tal fin contribuirá a asegurar el futuro de nuestro planeta, crear un mundo respetuoso con los seres que lo habitan y convertirlo en un lugar más acogedor. En este sentido, los ladrillos huecos de gran formato que conforman el sistema Muralit son responsables con el medioambiente, posibilitando, por tanto, la construcción de edificios sostenibles y saludables, sin problemas de toxicidad ni alergias.

Los productos cerámicos se obtienen a partir de materiales totalmente naturales, como son la arcilla, el fuego y el agua. Aunque la extracción de la arcilla conlleva un impacto ambiental asociado, esta se realiza de forma responsable, ya que la cantera se restaura en cuanto se agota su explotación, otorgándole una segunda vida. Además, la arcilla es un material mineral e inerte que no emite ningún compuesto orgánico volátil, destacando especialmente la ausencia de gases contaminantes durante toda su utilización.

Además, la industria cerámica ha hecho un gran esfuerzo para mejorar la eficiencia energética del proceso de producción –por ejemplo, se ha implantado el uso de gas natural y biomasa para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y el consumo de energía, se han introducido mejoras en el secadero y el horno de las fábricas y se han instalado plantas de cogeneración-. Por otro lado, no ha sido necesario ejecutar grandes cambios para mejorar la eficiencia del uso de materias primas, ya que es característico de su proceso productivo el bajo consumo en agua sin tener apenas pérdidas y el no tener desperdicio de material cerámico, puesto que es posible reciclar y reutilizar la arcilla en cualquier etapa.

Si analizamos el comportamiento térmico de un edificio en él influyen muchos factores (orientación, proporción de huecos, protecciones solares, etc.). El aislamiento y la inercia térmica de la envolvente del edificio inciden directamente en el confort del usuario en su interior, así como en la demanda energética de calefacción y refrigeración durante la vida útil del edificio. Por lo tanto, podemos afirmar que el aislamiento, o la falta del mismo, generan un impacto económico, social y medioambiental.

En este sentido, los productos y sistemas cerámicos presentan una elevada inercia térmica y contribuyen al aislamiento térmico de la envolvente del edificio. El empleo de paredes cerámicas frente a otras soluciones más ligeras, contribuye a un mayor confort térmico en el interior la vivienda. Las paredes cerámicas, gracias a su capacidad para actuar como acumuladores de calor, regulan la temperatura, evitando el rápido enfriamiento del ambiente interior cuando se desactivan los sistemas de calefacción y manteniendo estable la temperatura ambiente dentro de un intervalo de confort satisfactorio para sus ocupantes.

Por último, si hay una característica que hace a los materiales cerámicos sostenibles es su durabilidad: tienen una vida útil que supera los 100 años, lo que se traduce en un ahorro económico para sus propietarios, que no tendrán que invertir en su renovación o mantenimiento. Además, una vez finalizado este ciclo, los residuos de construcción cerámicos pueden reutilizarse, por ejemplo, como relleno de carreteras o como tierra para pistas de tenis, generando una cadena que se conoce como economía circular. En este sentido, los ladrillos de gran formato disponen de la Declaración ambiental de producto (DAP), certificada por AENOR, que ofrece información fiable y verificada sobre todo su ciclo de vida.

En definitiva, en los materiales cerámicos en general y nuestros ladrillos de gran formato en particular, el respeto al medioambiente está en sintonía con el desarrollo social y económico, colaborando así a crear un mundo más sostenible y acogedor.